miércoles, 23 de mayo de 2012

¿MERCADOS? O MERCADERES. ¿POLITICOS? O ENGAÑABOBOS.



Estamos ya de los “Mercados” y de los políticos hasta el moño, aunque mucha culpa del stress que padecemos la tienen también los medios de comunicación que no paran de bombardear a la gente cada día, cada día,  con titulares alarmantes: ¡AL BORDE DEL ABISMO! ¡DEBACLE DEL IBEX! ¡ESPAÑA VA A SER RESCATADA!... la m…que los parió. ¡Ya está bien!.

Algo de masoquistas debemos ser porque hemos querido indagar un poco para saber algo más sobre los Mercados Financieros, aún a sabiendas que nos íbamos cabrear, como así ha sido, pero que le vamos a hacer. “Attac España” tiene publicado un artículo en Internet que consideramos bastante bueno, de donde podemos sacar una información bastante clara sobre que son y cómo funcionan los Mercados Financieros.

La especulación en el Mercado de Deuda Pública.

Resulta que por un lado tenemos la “oferta” (países) y por otro lado la “demanda” (inversores) que se reúnen en el Mercado de Deuda Pública para negociar (como hacían los antiguos mercaderes). Unos buscan financiación y otros la ofrecen a cambio de un porcentaje de intereses y el compromiso de devolución del dinero prestado. Pero resulta que como ocurre en todos los mercados, también  se puede influir en él por parte de los mercaderes para crear unas mejores condiciones.
Los “inversores” los podemos dividir en dos: el multimillonario, el magnate que tiene su dinero confiado a un gestor de inversión (el millonario normalmente no interviene para nada porque se dedica a pegarse la gran vida sin importarle que hace su agente con su dinero a quien paga estupendamente bien), y el gestor o agente o mercader, a quien el millonario solamente le exige que saque la máxima rentabilidad a su dinero. También puede ser que el que pone el dinero sean grandes empresas, bancos, incluso…gobiernos de determinados países ¿porqué no?. Aquí ocurre como en las subastas de las obras de arte: se conocen las ofertas desorbitadas que hacen por ellas, pero nunca se sabe quien la ha comprado.
El gestor (el mercader), hará todo lo posible para no defraudar a su cliente y moverá su dinero de un lugar a otro de una forma segura, para generar suculentos beneficios, caiga quien caiga y sin importarle nada ni nadie, incluido el bienestar de millones de personas. A él le paga su cliente para que mercadee con su dinero generando más y más. Cómo lo consiga… eso no importa.

Pero ¿cómo funciona ese sistema?. Pondremos un ejemplo: El  gestor o mercader, lo primero que hace por las mañanas es mirar los indicadores fundamentales de la economía (crecimiento, inflación,etc.), las noticias de última hora (declaraciones de los gobiernos, por ejemplo), las subastas de deuda pública programadas para hoy y también los mercados secundarios de deuda pública (que son los lugares donde se compran y venden los títulos de deuda pública por segunda y más veces) y entonces planea la estrategia.

Como ha de gestionar un fondo multimillonario, tiene capacidad para mover el mercado, casi a su antojo, es decir, que su oferta de compra venta es tan cuantiosa que él sabe que puede acaparar casi la totalidad del mercado. Si decidiera comprar títulos de deuda pública de España, eso incrementaría la demanda y mandaría una señal al resto de inversores: ¡Están comprando títulos de España, lo que quiere decir que se fían de ellos y por lo tanto son seguros!. En consecuencia el precio subiría y la rentabilidad caería. España podría conseguir dinero más barato y pagaría menos en concepto de intereses.

Todos los países necesitan financiarse para poder crecer y naturalmente el dinero que le es prestado por los inversores o mercaderes lo ha de devolver con los intereses estipulados. Lo que ocurre es que hay países que se han endeudado en demasía (ya los conocemos, entre ellos el nuestro) y ahora se las ven negras para poder devolver lo que les dejaron con sus intereses. Como continúan pidiendo más, los inversores piensan: ¡ojo! que esos tienen mucha deuda que devolver y encima derrochan el dinero que les prestamos. No lo dicen ellos, lo advierten las famosas Agencias Calificadoras, que cobran para “vigilar” la evolución de la situación económica de los países, entre otras cosas.
Pero todo ello, a nuestros personajes principales (los mercaderes) les importa un bledo, es más se aprovechan de esa circunstancia porque la incertidumbre económica de determinados países les va de maravilla porque van a generar cuantiosas ganancias. ¿Cómo?. Los “vampiros” (no se me ocurre llamarles de otra forma) saben que tienen capacidad para mover el Mercado a su antojo y piensan ¿porqué voy a comprar títulos que le den poca rentabilidad a mi cliente si puedo hacer jugarretas que le va a suponer una gran fortuna?. Y nuestro personaje se va, por poner un ejemplo, al Mercado Secundario de Deuda Pública y adquiere muchos bonos de ese país que tiene problemas. Pero ojo, que no se gasta su dinero comprándolos, ¡los pide prestados! (eso funciona así). Cuando tiene todos estos bonos va preparando el terreno para lo que se considera el “ataque” de los mercados, lo que consigue, entre otros factores, gracias a la publicación de rumores y exageraciones: “España va mal” “sus cuentas no salen” “el déficit se ha disparado” “se necesitan muchos recortes de su deuda pública para que se le pueda fiar”, etc.etc. rumores que los medios de comunicación se encargan de difundir de la forma que nos tienen acostumbrados y cuanto más alarmantes sean, más impacto tendrá la noticia. La verdad es que no sabemos porque ese bombardeo sobre la bolsa si la bolsa siempre ha existido y nunca nos habíamos enterado si subía o bajaba. Se enteraba el que quería pero ahora nos la dan hasta en la sopa. Pero a lo que íbamos.  Cuando los medios ya se han cebado bastante con el país, en ese momento nuestro personaje vende masivamente todos los títulos que le han prestado a un precio, por ejemplo de 1.000 euros por título. Entonces el resto de inversores que están observando ansiosos como carroñeros que está pasando con ese país, ven en la pantalla lo siguiente: “Noticias de desconfianza en España han producido un número bestial de venta de títulos de Deuda Pública”. Esos inversores que estaban al acecho, piensan que otros mercaderes como ellos están vendiendo títulos de Deuda Pública porque no se fían y entonces actúan todos de igual forma. Se produce una estampida con muchas decisiones de venta que hacen bajar los precios. Y cuando los precios han bajado mucho, aparece nuestro “hombre” y los compra masivamente a 200 euros el título.

Consecuencia: He vendido los títulos que pedí prestados a 1.000 euros y yo mismo los he vuelto a comprar con mi dinero a 200 euros. Como los primeros eran prestados, tendré que pagar un tanto en concepto de intereses a quien me lo prestó, pero habré ganado un pastón con esta jugada, para el cerdo de mi cliente que está en Honolulú sin enterarse de la estrategia que he empleado y las consecuencias que para el país ello supone. El país atacado está bajo un asedio permanente de los mercaderes carroñeros lo que supone que la prima de riesgo suba y en la próxima subasta que haga, los inversores van a exigir mucha más rentabilidad porque en teoría el Mercado (secundario de títulos) está reflejando que no garantiza bien la devolución de los títulos. Es decir, que la política económica del país debe cambiar para generar confianza a esa gentuza. Y ahí entran en juego nuestros políticos, que se dan cuenta que con una prima de riesgo tan alta con respecto al bono alemán, van a tener que pagar y pagar muchísimos intereses que no hacen viable la prosperidad del país.
Y ya todos conocemos lo que ocurre: “recortes en la administración pública (sanidad, educación es igual de donde sea)”, “subida de impuestos”, “bajada de las pensiones” “despidos de interinos” “bajadas de salarios de los funcionarios”… para qué seguir.

Los agentes financieros y las operaciones especulativas.

Como el ejemplo que hemos puesto, el sistema financiero está repleto de estratagemas para generar más y más dinero a los que lo prestan. Y no es para menos, puesto que la única lógica del capital financiero (ese dinero que busca en transformarse en más dinero) es ni más ni menos que buscar las oportunidades de mayor rentabilidad y, si es posible, crearlas caiga quien caiga.  Los especuladores son en realidad los propios inversores o mercaderes. No son una figura distinta, ya que su lógica es lo único que cuenta. Y como tales operan como tiburones: huelen sangre (por ejemplo cualquier noticia real de una economía, tal como las trampas contables de Grecia y ahora las dudas sobre la solvencia del sistema bancario español) y atacan sin piedad extorsionando al país sin límite.
Esos mercaderes (mal dichos mercados) operan con sus propias reglas, por supuesto inmorales y antisociales, pues solo responden a la rentabilidad de su dinero. Es un capitalismo de hipercompetencia donde los más listos idean lo inimaginable para poder ganar más. Los mercados financieros no son entes abstractos como nos hacen creer y tampoco son entidades divinas que nos dicen lo que está bien y lo que está mal. Son simples jugadores de casino que aprovechan su inmenso poder para hacer y deshacer en el seno de la economía mundial, sin atender las consecuencias que de ello se pueden derivar.

Dice “Attac” que durante más de treinta años de hegemonía del neoliberalismo que han creado los bancos, fondos de inversión, grandes empresas, etc., se ha logrado crear las condiciones necesarias para explotar mucho más este negocio. Han desregulado los mercados permitiendo su expansión a todos los niveles eliminando casi todas las normas  que limitaban diferentes prácticas y han creado productos financieros complejos con los  que seguir jugando más y más para seguir respondiendo al mismo objetivo. La conspiraciones no hacen falta cuando todos los inversores se aprovechan de esas situaciones en las que quien para al final es el estado, y por ende sus gentes.

Estamos en manos de un poder financiero que ataca a muerte a determinados países  sin piedad alguna para sus gentes (de hecho algunos autores hablan de que esto puede ser la forma de la III Guerra Mundial). Si se piensa un poco, no es una idea tan descabellada. ¿Quién nos dice que tras esos inversores no está un determinado país, un determinado gobierno?. “Chi lo sa”. La cuestión es que estamos pagando los que no tenemos ninguna culpa de nada.

¿Tiene solución todo esto?.

Para que se solucione de una vez por todas, es preciso que se fije una regulación de los “Mercados”. No es posible que esa gente (los mercaderes) sin trabajar, sin producir y sin invertir (cuando actúan incluso con fondos prestados) puedan ganar millones y millones solamente especulando. No ven nada más que “dinero”. Lo que les ocurra a los países “heridos” no les importa en absoluto.

Se necesita urgentemente la regulación de los mercados financieros que son los que, juntamente con los gobiernos, han provocado el problema social que existe en la actualidad. Porque como bien dijo Cristina Kirchner: “Para solucionar los problemas hay que tocar a veces intereses que son muy poderosos. Pero es mejor enfrentarse a estos poderes poderosos pero minoritarios, antes que enfrentarse a la furia de la sociedad”.
Si el pueblo no tiene trabajo, si nuestros propios políticos (aquellos que les votamos en su día ilusionados para que nos ayudaran -que ilusos-) encima se ceban con su gente eliminado prestaciones sanitarias, deshaciendo la educación pública, recortando y recortando derechos…entonces la gente puede comenzar a pensar que el funcionamiento del sistema político está fallando, que ya no sirve y más cuando ve signos de favoritismo, enchufismo y amiguismo en las administraciones y que sus sueldos no se corresponden con los recortes que ellos mismos nos hacen… Eso conlleva un serio peligro: que la gente comienza a cuestionar los fundamentos de la democracia.
Hay que cambiar nuestro modelo de sociedad, porque está demostrado que el actual solamente funciona para el propio bienestar de unos pocos. La codicia humana ha llegado a límites tan escandalosos que uno se queda estupefacto de lo que ve: políticos corruptos que han sido condenados por llevarse nuestro dinero; programas electorales de los partidos que luego no se cumplen; intentos de colocación en la Administración de personas afines a políticos como “asesores” con sueldos desorbitados; mentiras y más mentiras dándose las culpas unos a otros como si al pueblo esto le importara. ¡Que lástima de país!.

Y vamos a terminar de soliviantarnos con el artículo de Javier Fonseca publicado en el Diario Digital “El Aguijón”. Joder, joder, joder…

Javier Fonseca.25.04.12. Según un estudio elaborado por tres asesores de la Presidencia del Gobierno y al que ha tenido acceso en exclusiva Diario El Aguijón, en España tenemos 445.568 políticos (ver cuadro adjunto a la noticia) trabajando en todos los niveles de la administración, así como en todo tipo de empresas públicas o participación de fondos públicos, fundaciones, entes, observatorios, consejos, defensores, agencias, direcciones etc. Según el informe tenemos el doble del porcentaje por habitante que los que tiene Italia, que se mantiene en niveles muy parejos con los de Francia, país que siempre se ha caracterizado por su fuerte estructura pública. Lo más sorprendente es que España tiene 300.000 políticos empleados por elección o por designación directa en todo tipo de organismos, que Alemania, país que tiene el doble de la población española. El estudio desvela, que el tamaño desmesurado de nuestra administración no se encuentra distorsionado tanto entre los funcionarios que prestan servicio directo al ciudadano (profesores, administrativos, médicos, policias etc), sino que el mayor porcentaje de distorsión se encuentra entre los políticos que pueblan nuestra administración.

Las comunidades autónomas y los ayuntamientos, la gran agencia de colocación de los partidos.

El estudio desvela que la mayor cantidad de políticos colocados en la administración, lo hacen a través de organismos dependientes de las comunidades autónomas y los ayuntamientos, y el estudio elaborado por estos tres asesores de la Presidencia del Gobierno destaca la fiebre colocadora en las empresas municipales de la vivienda y las empresas de transporte municipales y la proliferación de observatorios y organismos asesores. Precisamente el informe desvela que es bajo la llamada asesoría donde más políticos hay contratados, señalando incluso que en muchas ocasiones se dan casos de asesores que asesoran a otros asesores y así sucesivamente hasta en cuatro ocasiones hasta que llega el asesoramiento a un cargo electo.

Por primera vez se desvela el número de liberados sindicales y patronales

El informe también considera como políticos a los liberados sindicales y patronales, y por primera vez se les pone cifras. En el caso de las organizaciones sindicales, en España contamos con 65.130 liberados sindicales. Las patronales cuentan con 31.210 personas empleadas con responsabilidad en la dirección política de sus organizaciones. En el informe se especifica que el número de liberados sindicales y patronales se incluye puesto que realizan funciones de organización política del Estado, y sus organizaciones son sufragadas por fondos procedentes de la administración central, las comunidades autónomas y los ayuntamientos. En este apartado no sólo se ha incluído la representación de los sindicatos mayoritarios como CC.OO y UGT sino que también han sido incluídos todos los sindicatos con respresentación. Para el cálculo de estos se ha analizado las bolsas de horas sindicales y liberados que reflejan los convenios colectivos sectoriales.

Los datos más voluminosos y algunas curiosidades del estudio

El estudio, del que Diario El Aguijón ha extraído la tabla anexa a este artículo, refleja que el lugar donde más políticos hay colocados es en empresas públicas o con participación pública (en su mayoría son autonómicas y municipales) donde hay empleados la friolera de 131.250 políticos. Le siguen los ayuntamientos, que emplea directamente a 8112 alcaldes y 65.896 concejales. A continuación les siguen los sindicatos y patronales. Entre los elementos especialmente curiosos están los cargos de designación directa en el sistema sanitario y el sistema educativo, donde hay empleados 8260 y 9320 políticos que realizan en su mayoría tareas de asesoramiento, planificación y control del resto de empleados públicos. También destacan los políticos empleados como cargos de confianza, que el informe detalla en 40.000 subrayando el informe, que la cifra se ha disparado por la práctica habitual de los grupos municipales y parlamentarios autonómicos a tener un determinado número de cargos de confianza respecto a su representación que realizan labores internas de los grupos, y que se solapan con las de los asesores personales que a su vez tienen los políticos electos. El informe, por tanto, pone negro sobre blanco que en España tenemos más jefes que indios. 

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