“SES ENRAMADES”. BREVE RECUERDO DE LO QUE FUERON.

"Ses Enramades noves, hilera de hostales que iban desde la Puerta de San Antonio hasta la C/ Vinyassa" (Al fondo el "Triquet")

Se llamaba así antiguamente a un amplio espacio de donde partían las carreteras de Manacor y de LLucmajor que coinciden hoy prácticamente donde arrancan els Carrers de Manacor i Foners.

"Ses Enramades, o els Hostal Nous"

El nombre de “Ses Enramades” le viene de una larga hilera de establos, merenderos y hostales humildes con porches bajos, hospedajes habituales  de los toreros de tercera y cuarta categoría que venían a lidiar en la antigua plaza de toros que se hallaba en lo que conocemos como la “Plaza de los patines”. Como dato curioso añadiremos que aquella plaza de toros se inauguró el 24 de junio de 1865 con una corrida que tomó parte el famoso torero de aquellos tiempos “Cuchares”, y que fue demolida poco después de inaugurarse la nueva,  conocida como el “Coliseo Balear”, en 1929.

Antigua Plaza de Toros

 64 años estuvo levantada pues la antigua plaza.

Pero a lo que íbamos. Al principio de “Ses Enramades”, esa hilera de hostales que partían de lo que hoy es parte de la Puerta de San Antonio,  era el sitio destinado al mercado de ganado en Palma, que se celebraba todos los sábados y particularmente durante la feria de Santo Tomás, el 21 de Diciembre.

Establos y merenderos, el gran atractivo de Sa Porta

Allí en la plaza y a lo largo de “Ses Enramades” donde se alineaban numerosos carros con pavos, pollos, conejos y ovejas sin contar la manada de aquéllos que aquí y allá se mezclaban también con las de lechonas, como se puede observar en las fotografías, hacía que aquel mercado estuviera todos los sábados concurridísimo de gente.

Me fijo y es curioso observar como todos nuestros antepasados llevaban sombrero, tanto los hombres como las mujeres…

El lugar estaba íntimamente relacionado con lo que era (y es) el comienzo de la carretera de Inca, donde a mano izquierda existían, en una larga hilera, hostales modestos donde no faltaba el “tasser” con sus anaqueles repletos de botellas de anís, cazalla, ron, “herbes” y sus mesitas con sillas de bajísimo respaldo, hostales flanqueados a su entrada con gruesas columnas circulares, donde se situaban los carros de transporte y donde a pie del mismo también se concertaba toda clase de transacción libre entre el productor y el consumidor.

Era este lugar, un sitio habitual para mercadear los amos y payeses que venían desde Inca, Sa Pobla, Alcudia y también de posesiones de la Serra de Tramuntana.

Con “Las Enramades” tenían también relación el inmediato baluarte que se alzaba al sur de la puerta  de San Antonio y por detrás de la calle del Socorro.

Ses Enramades. Pintura de Ricardo Ankerman

Era el baluarte llamado del “Socorrador”, denominación tomada de los establecimientos  que para sacrificar y “socorrar” cerdos, había en sus proximidades junto a la muralla. Se llamaba también del Virrey Urríes, que gobernó en la isla desde 1571 a 1575. Más adelante había de recibir también el nombre del Socorro, en razón al Convento de ese nombre que los religiosos agustinos levantaron al establecerse  en el interior de la ciudad junto al oratorio de nuestra Señora de Gracia –vulgarmente llamado “dels desamparats”- con la Iglesia comenzada en la segunda mitad del siglo XVII, que fue consagrada en 1669 y finalizada en 1695. Con anterioridad los agustinos habían ocupado el convento llamado de Itria, situado extramuros de la ciudad, entre el comienzo de la carretera de Sóller (hoy 31 de Diciembre) y el de la actual calle Blanquerna, el cual, por exigencias defensivas, fue arrasado en 1544.

Inmediatamente a la salida de “Ses Enramades”  en la carretera que iba hacia Manacor, comenzaba lo que se denominaba “S’Horta” de la ciudad, donde se iban sucediéndose las huertas con sus molinos de viento y sus estanques hasta varios kilómetros de distancia, solamente interrumpidas por el caserío de “La Soledad”, barriada de casas humildes a cuyos vecinos les daba ocupación una fábrica de mantas propiedad de los hermanos Ribas y otra de Alfarería, fósforos y papel de estraza. 

              (Fotografías sacadas del Libro: "Aquella Ciudad de Palma" de Jaime Escalas)