Hay muchas maneras de preparar unos huevos rotos, pero a mí la receta que más me ha gustado es esta. No se trata de hacer patatas fritas, freír unos huevos y ponerlos encima, no, esto lleva su arte si quieres disfrutar bien de este plato.
INGREDIENTES:
Huevos, patatas, ajos, aceite y sal
(La cantidad dependerá del número comensales)
Pelaremos y cortaremos las patatas en tiras más o menos gorditas y las pondremos a freír con un par de ajos chafados. Las patatas las freiremos a fuego lento a fin de que se vayan haciendo lentamente sin dejarlas turruscar.
Cuando estén hechas las pondremos a escurrir en un plato con papel de cocina y las echamos un poco de sal.
Retiraremos el aceite de freír las patatas hasta dejar solamente una pizquina.
Ahora se trata de colocar los huevos en la misma sartén con un poco de sal y en ese poquito de aceite ¡sin tocarlos! hasta que la clara haya cuajado.
Colocaremos las patatas en una fuente de servir, retiraremos los huevos de la sartén con una espátula o espumadera y los iremos colocando al revés encima de las patatas.
Ahora se trata de romperlos con un tenedor o cuchara (sin mezclar, no interesa hacer un revoltillo) y...¡a comer!.
Puede añadirse trocitos de jamón, crudos o fritos, al gusto.
Recordar: 1º) Las patatas no han de quedar duras, son mejores blanditas y eso se consigue friéndolas a baja temperatura. Luego escurrirlas y 2º) Los huevos freírlos sin apenas aceite. Si los hacéis de esta forma nada tienen que envidiar a los que hace Lucio. ¡Probarlos!.
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