El fenómeno André Rieu, que desde hace varios años está causando admiración en todo el mundo, merece un reconocimiento de todos por exaltar la cultura y belleza musical en todas sus actuaciones. Nosotros lo vamos a hacer aunque sea con un pequeño post en este humilde blog.
Su característico estilo de difundir la música clásica, que otrora parecía reservada a los melómanos de las clases de élite o acomodadas, André Rieu ha decidido ponerla al servicio de un público mayoritariamente joven y no tan joven, pero sabiendo trasladar ese tipo de música a todo el auditorio haciéndole a su vez partícipe de las obras que interpreta, lo que hace que sus conciertos sean un éxito de público por donde quiera que vaya.
Ya no puede actuar en los clásicos auditóriums, teatros o salas de música donde empezó en 1988 a dar sus conciertos. Ahora lo tiene que hacer en espacios abiertos donde miles y miles de personas puedan disfrutar de su espectáculo. Oírle tocar su violín Stradivarius y ver interpretar a su orquesta y coros las piezas musicales que él sabe escoger perfectamente para llegar a todo el público, es un espectáculo digno de admirar. Lugares como plazas públicas, estadios deportivos u otros lugares de ocio o culturales, cuya capacidad para albergar a sus miles de seguidores sean suficientes, es lo que una ciudad ha de ofrecer ahora a André Rieu para poderle escuchar.
Nació el 1 de octubre de 1949 en Maastricht (Holanda). Comenzó el aprendizaje del violín a los cinco años mostrando un potencial enorme en la práctica de este instrumento. En 1967 siguió su formación musical de violín en el Conservatorio de Música de Maastricht hasta 1973. Desde 1974 a 1977 lo hizo en el de Bruselas y ya desde niño tocó en diversas orquestas hasta que en 1987 fundó la suya propia con el nombre de “Johann Strauss Orkest”.
A partir de 1988 empezó su fulgurante carrera de éxitos por todo el mundo, comenzando por su propio país y convirtiéndose en una de las grandes estrellas de la música a nivel de los más prestigiosos divos del pop o del rock, al tiempo que fue ganando multitud de adeptos y aficionados a su música.
André Rieu toca un violín Stradivarius y no se desprende de él jamás. El primero que adquirió lo compró en una subasta en Colonia por 2,2 millones de dólares, no sin cierta polémica en cuanto a su autenticidad. Se desprendió de él y se compró otro y desde entonces dirige su orquesta siempre con el violín en su mano izquierda. De él ha dicho: “Cada Stradivarius es único. El primer violín que adquirí fue el segundo que fabricó Antonio Stradivari cuando tenía 23 años en 1667. He tenido un montón de famosos violines bajo mi barbilla, pero con aquél sentí el amor y la pasión de Antonio Stradivari, porque lo construyó el año que se casó y evidentemente debía estar muy enamorado”.
Ahora toca uno fabricado en 1732. El primero que tuvo, lo posee ahora una niña de Corea “ya que me resultaba demasiado pequeño para mí”, comenta Rieu.
Algunos entendidos creen que el sonido único que ofrecen los pocos Stradivarius que existen en el mundo, les viene porque la madera, la almacenaba Stradivari sumergida en agua de mar, debido a que en los alrededores de Venecia no había lugares propicios para el almacenamiento de la madera. Esa madera, después de largos periodos de tiempo sumergida en agua de mar, hacía que su estructura se sometiera a un cambio, tendiendo a ser menos porosa, y eso resultaba de una importancia significativa para la calidad del sonido. También existe la teoría de que el cuidado de la formación de la placa del vientre y la espalda de los instrumentos fabricados por Antonio Stradivari, puede ser un factor crítico para obtener ese inigualable sonido.
Como dato curioso, una de las mayores colecciones de Stradivarius pertenece al Rey de España. Su colección consta de dos violines, dos violonchelos y una viola, y se exhiben en el Museo de la Música en el antiguo Palacio Real de Madrid.
Pero lo cierto es que oír tocar a André Rieu su violín, es un verdadero placer porque, de verdad, su sonido es único. El manifiesta que no es un instrumento más, sino una extensión de su cuerpo y un pequeño tesoro…tan costoso que por eso requiere de un guardaespaldas para cuidarlo. No lo quiere dejar sólo en los hoteles ni un instante y siempre se halla junto a él un hombre contratado al efecto que no le quita nunca el ojo de encima, cosa que, por otro lado, no nos extraña en absoluto.
André Rieu, su esposa Marjorie y sus dos hijos, son los que gestionan su propio espectáculo que cuenta con más de 100 personas entre músicos y coros, más otras 100 entre ingenieros, técnicos de sonido, iluminación etc. Para desplazarse de un lugar a otro posee un jet privado además de varios autobuses y caravanas.
Lo dicho, Andreu Rieu, un fenómeno que hay que ver. ¿Lo contratará alguna vez el Ajuntament de Palma?...
¡Huagggschhssssmecagondena!
Exelente blog los felicito un saludo desde Colombia
ResponderEliminarExcelente blog
ResponderEliminarOjalá algún día pueda disfrutar de su música en las Festes de la Mercé
¿A quién se le ocurre incluir esos vídeos-trampa? He sentido deseos de arrancarme los ojos y verter aceite hirviendo en mis oídos. ¡Dios! ¡¡¡Dioss!!! Es lo más kitsch que me he topado en la vida.
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