Esta vez hemos decidido dar un paseo por la que el Ayuntamiento de Calvià ha denominado “Ruta cristiana”. Pero lo hemos hecho hasta la Cruz que conmemora la muerte de los Montcada, que se halla en Palma Nova, por ser la que recorrieron las tropas del Rey Jaime I en la conquista de Mallorca, el 12 de Septiembre de 1929, tras su desembarco en la playa de Santa Ponça. Un paseo larguito, pero agradable, que transcurre desde el Club Náutico de Santa Ponça (donde se halla la Cruz conmemorativa del desembarco) hasta la otra Cruz, donde se llega por el paseo de Calvià tras caminar algunos kilómetros. Y como hacía tiempo que no repasábamos la historia sobre la Conquista de Mallorca, lo hemos vuelto a hacer para refrescarnos un poquito la memoria e imaginarnos “in situ” lo que allí pasó en realidad. Y mira por donde nos hemos dado cuenta de algunas curiosidades que ignorábamos. Por ejemplo, que a los héroes de la Conquista que siempre hemos conocido por los “hermanos Montcada”, nobles lugartenientes del Rey Jaime I que murieron como héroes en la batalla de Portopí (que tanto se veneran en Santa Ponça donde existen lugares, e incluso calles, con el nombre de “germans Montcada”) , en realidad no eran hermanos, sino tío y sobrino… y que fallecieron en la citada batalla ocurrida el 12 de Septiembre de 1229 después que “Nuño Sanz”, otro de los lugartenientes de Jaime I, discutiera con ellos para ver quién iba a la vanguardia de las tropas a combatir a los sarracenos en Portopí… Al final fueron los Montcada y los pobres, allí se quedaron. ¡Que listo era Nuño Sanz!.
Pero como la
historia está ahí y nada se puede cuestionar salvo pequeñísimos detalles que a
veces suelen pasar desapercibidos para algunos, como nos ha ocurrido a
nosotros, hemos recorrido todo el paseo que muy acertadamente el Ayuntamiento
de Calvià ha bautizado con el nombre que hemos indicado, desde cruz a cruz, como hemos dicho.
Un agradable paseíto
que nos ha permitido imaginar, a la vez que caminábamos, lo que la historia nos dice ocurrió aquí, hace ahora exactamente 782 años. Casi ná.
Dicen las
crónicas, que el 5 de septiembre de 1229 la expedición del Rey
Jaime I partía rumbo a Mallorca, desde Salou, Cambrils y Tarragona con una
flota formada por más de 150 naves, la mayor parte de ellas catalanas. Las
distintas fuentes hablan de un contingente armado formado entre 800 y 1.500
caballeros y unos 15.000 soldados. El rey mulsulmán de la isla, Abú Yahya,
disponía entre 18.000 y 42.000 hombres y entre 2.000 y 5.000 caballos (según
las distintas crónicas) y no obtuvo apoyo militar, ni de la península, ni del
Norte de África.
El viaje
hacia la isla estuvo dificultado por una fuerte tormenta que estuvo a punto de
provocar que el convoy retrocediese.
Pero finalmente, luego de 3 días, entre el
viernes 7 de septiembre y parte del sábado, la totalidad de la flota cristiana
arribó al islote Pantaleu, situado en la costa de la localidad de San Telmo,
núcleo de población perteneciente al municipio de Andratx. La tradición local,
cuenta, que la primera misa real se llevó a cabo en ese islote y que en él se
conservaba una pila de agua donde el rey abrevó su caballo, pero en 1868 fue
destruida por unos revolucionarios que pretendían acabar con los vestigios del
pasado feudal.
La llegada
de los cristianos no había tomado por sorpresa a los moros, ya que desde las
atalayas costeras habían divisado a la flota cristiana e informado al valí de
la presencia de las naves cristianas, el cual dispuso de un ejército de 5.000
soldados y doscientos caballos que acamparon frente a la costa de Andratx
dispuestos a repeler el ataque. Debido a que Jaime I había sido informado de los
pasos del valí y del contingente que le esperaba, la temeridad de tentar la
operación ante tantos enemigos le hizo convocar a los nobles, resolviendo que,
Nuño Sanz y Ramón de Montcada, cada uno con una galera costeasen la costa hasta
que encontrasen un buen lugar para desembarcar. Esta escuadra de reconocimiento
y exploración, regresó con la noticia de haber encontrado un lugar llamado
Santa Ponça, donde había un montecillo que, con unos 500 hombres apostados en
él, podrían defender el desembarco de los soldados.
Nos imaginamos la invasión en este lugar, como algo parecido a esta. Al fondo la playa.
Al llegar la
medianoche y en completo silencio, el rey ordenó que se levasen anclas y que la
flota se dirigiera hacia ese lugar. La señal de ataque se daría golpeando con
un palo en la proa de las táridas y galeras.
La Bahía de Santa Ponça |
Por el otro lado, parte del
ejército musulmán había avanzado intentando averiguar el lugar del desembarco,
pero a pesar del silencio que mantenían los cristianos, los moros oyeron sus
remadas y comenzaron a gritar y a correr por la costa hacia la playa, por lo
que una vez los cristianos en tierra, se produjo el primer enfrentamiento
armado entre ambos ejércitos, el cual acabó con una victoria fácil de los
cristianos, quienes ocasionaron alrededor de 1.500 bajas al ejército del valí,
mientras que el resto de sus fuerzas se desplegaron huyendo hacia las montañas
de la zona.
Durante este primer combate, el rey, que dada su juventud era atrevido
e impetuoso, produjo una escaramuza
temeraria contra un gran grupo de infieles seguido por 24 caballeros, que
desagradó a los Montcada, quienes le reprocharon su temeridad, ya que llevó a
cabo la acción por su cuenta poniendo en peligro su vida y la misión, al no
haber advertido de sus intenciones al resto del ejército. El armamento de los
musulmanes no difería demasiado del cristiano; mallas, lanzas, mazas, flechas y
escudo de piel resistente a los sables…
La batalla de Portopí fue el principal enfrentamiento armado en terreno abierto entre las tropas cristianas de Jaime I y las musulmanas de Abú Yahya en toda la conquista. Se llevó a cabo el 12 de septiembre, en diversos puntos de la sierra de Na Burguesa (antiguamente llamada sierra de Portopí), aproximadamente a mitad de camino entre Santa Ponça y la Ciudad de Mallorca, zona conocida localmente como el Coll de sa Batalla. Aunque los cristianos resultaron vencedores, sufrieron bajas de importancia, como la de Guillermo II de Bearn y el sobrino de este, Ramón, cuyo parentesco había sido confundido con anterioridad creyendo que eran hermanos, por lo que son usualmente más conocidos como los hermanos Montcada.
La cruz que conmemora el lugar donde falleciereon los Montcada. Está situada en el Paseo de Calvià, justo antes de llegar a la rotonda de Palma Nova. |
Sin embargo, estos se adentraron torpemente entre los musulmanes cayendo en una emboscada que los dejó completamente rodeados hasta que perdieron la vida combatiendo. Jaime I, que desconocía en ese momento la muerte de aquellos hombres, siguió su mismo camino, avanzando con el resto del ejército con intención de agruparse con ellos y participar juntos en la liza, hasta que tomó contacto con el enemigo en la sierra. Los cuerpos de los Montcada fueron encontrados desfigurados por las múltiples heridas que tenían y enviados a enterrar en riquísimos ataúdes al Monasterio de Santes Creus, en el actual municipio de Aiguamurcia, en la provincia de Tarragona.
Según la crónica del historiador Bernat Desclot, las fuerzas cristianas dejaron mucho que desear, pues varias fueron las veces que tuvo que insistir el rey a sus hombres para que entrasen en combate, llegando incluso a amonestarles hasta en dos ocasiones, exclamando la frase que posteriormente pasó a la historia de forma popular; «Vergüenza caballeros, vergüenza». Finalmente, la superioridad militar de los cristianos consiguió que los musulmanes se retirasen, pero al solicitar los caballeros de Jaime I una tregua para rendir homenaje a los nobles que habían fallecido, los sarracenos aprovecharon para huir hacia la medina donde terminaron refugiándose.
Al llegar la noche, el ejército de Jaime I se detuvo a descansar en la zona de la actual localidad de Bendinat, donde según la leyenda, comieron unas sopas con ajos. La tradición popular cuenta que el rey, al terminar la cena, pronunció en catalán las palabras «bé hem dinat» (bien hemos comido) pudiendo así haberle dado nombre al lugar. La noticia de la muerte de los Montcada le fue dada a Jaime I por Berenguer de Palou y dos días después, el 14 de septiembre, fueron enviados a enterrar entre escenas de dolor y tristeza.
En el monolito que soostiene la cruz se puede leer la fecha: 12 Septiembre 1929 |
En el lugar donde fueron abatidos los Montcada, según cuenta la leyenda, se conservaba hasta 1914 un pino conocido como «el pino de los Montcada». En el siglo XIX, un grupo de poetas catalanes y franceses, entre los que se encontraba Jacinto Verdaguer, construyeron bajo el patrocinio del Archiduque Luis Salvador un monumento en conmemoración del acontecimiento, el cual forma parte del Paseo de Calvià en su recorrido por la cercanía de la actual localidad turística de Palmanova.
Tras esta gran batalla campal el camino hacia la capital de la isla se presentó libre de obstáculos para las tropas invasoras, momento en que se prepararon para dar el asedio final a la ciudad”.
Un repaso histórico que nos ha resultado muy interesante.
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