Intentar hacer un breve comentario sobre
un tema tan complejo como este, no resulta nada fácil, y más cuando uno es un
neófito elevado al cubo en economía. Pero si se tiene paciencia para ir leyendo
artículos y comentarios especializados, se puede ir encontrando todo lo que uno
busca que, en nuestro caso, no es nada más y nada menos que una explicación
básica del porqué de esta crisis.
Así pues, recogiendo un poquito de aquí
y un poquito de allá, vamos a ver si, al final, somos capaces de llegar a sacar
nuestra propia conclusión. Por supuesto que si sois u os consideráis unos
expertos en la materia, no hace falta perdáis el tiempo en leer estas líneas.
Vosotros ya tenéis hecho este curso básico.
Una de las cosas que hace tiempo nos está
llamando la atención, es el énfasis tremendamente alarmista que están poniendo
los medios de comunicación cuando no tienen nada más de qué informar a la
opinión pública. Se supone que antes ocurría lo mismo que ahora en las bolsas,
pero ahora parece que se busca expresamente causar una gran alarma social: ¡Jornada de pánico en la Bolsa! ¡Alarma en los
Mercados! ¡Al borde del precipicio! son términos con los que nos están
bombardeando continuamente.
Esos calificativos ¿son necesarios?. Cada día
igual, cada día igual…¡qué asco!.
Veamos.
¿Que son los puñeteros mercados?. Pues resulta
que son los gestores (Brokers, Corredores de Bolsa, Agencias Financieras…) que
compran y venden el dinero que tienen ahorrado millones de personas en los
bancos (que son sus clientes) y que, por consiguiente, tienen que lograr que ese
dinero produzca cada vez más, porque para algo cobran. No se trata de un
despacho donde se compra y se vende algo, se trata de todo un sistema financiero
donde, por lo visto, “todos” estamos en las dos partes.
¿Qué tienen que ver los bancos con la
crisis?. Pues, mucho. Por lo que hemos
averiguado, los bancos tienen la mayor culpa de esta crisis, pero no toda. Todos
hemos visto como las entidades bancarias han estado concediendo en los últimos
años hipotecas a diestro y siniestro, a devolver hasta en 40 o más años, vinculadas a un sueldo por el 100% del
precio del inmueble. La mayoría de usuarios que adquiría una vivienda mediante
esas hipotecas se ponía una venda en los ojos sin saber a dónde se metía. Pero
era lógico pensar que “si el banco me deja ese dinero, porqué no cogerlo”.
Además, con el importe de esa hipoteca se podía incluso uno pagar los muebles y
hasta el coche.
Ahora vemos que los bancos actuaron de
irresponsables al ofrecer esas condiciones, pero también los usuarios lo fuimos
porque, al fin y al cabo, nadie obligó a nadie a comprar bajo esas premisas.
Nos acordamos, los que ya tenemos cierta edad, que antiguamente los bancos te daban
una hipoteca por un importe máximo del 70-80% del precio de la vivienda… y con
la condición de que pudieras destinar al pago de la cuota ¡un tercio de tu
sueldo!. Todos los que compraban su vivienda, previamente tenían que ahorrar durante
bastantes años para poder dar “la entrada” al banco. ¿Porqué cambiaron de actitud
ofreciendo el oro y el moro a cualquiera, dando hipotecas a diestro y
siniestro, sin entrada y sin garantías suficientes?. Por lo visto, el “bum”
inmobiliario tuvo la culpa según hemos leído.
Pero nosotros añadimos que
también porque la codicia humana no tiene límites.
Surgió en nuestro país un mercado
inmobiliario excesivo al que todas las partes querían hincarle el diente. Los promotores,
para vender más rápido y poder volver a edificar. Los constructores para
ingresar grandes cantidades de dinero por el trabajo realizado por sus
empresas. Los bancos, para generar
negocio ofreciendo lo que todos ya sabemos y los ciudadanos para comprar todo
aquello que se ofrecía sin apenas esfuerzo… Y qué pasó. Pues que la burbuja
explotó y todo se fue al carajo. No ha sido solamente culpa de los bancos, no,
ni muchísimo menos, aunque la tienen y mucha.
Para remate, tenemos algunas leyes en
nuestro país que, francamente, dejan mucho que desear. La dación en pago de las
hipotecas no está desarrollada en nuestra Ley Hipotecaria. Si no puedes pagar la
hipoteca, el banco te embarga la casa y luego tienes que continuar pagando la
nueva deuda que el banco te ha fijado, respondiendo con tu patrimonio personal
(en España la hipoteca es un préstamo de garantía personal). Eso se debe a que
cuando uno adquiere una vivienda mediante hipoteca -por una tasación que le
hizo el banco de más del 100% de su importe- y al cabo de unos años resulta que
no la puede pagar, el banco la vuelve a tasar. Pero ¡oh!, sorpresa, lo que
antes valía 100, ahora se ha convertido en 80. ¿Qué ocurre?, pues que si no
pagas, además de quedarse el banco con la casa, encima le tienes que abonar
esos 20 puntos de diferencia que hay desde la primera tasación a la última. Ello
conlleva los dramas que los medios de comunicación nos están enseñando
continuamente. De acuerdo que la casa no
es tuya porque no la has pagado ¿pero por qué tienes que pagar ahora ese nuevo diferencial
en la tasación?. Si el banco se equivocó al sobrevalorarla o lo hizo a
propósito para generar negocio porque eso les convenía en aquéllos momentos,
pues que acarree ahora con las consecuencias. No es justo que se haga
responsable de ello al comprador.
Motivados por la presión que el
Movimiento 15M ha desarrollado últimamente, parece ser que ahora algún Partido
político lleva en el programa de las próximas elecciones, la implantación de la
“dación en pago” (devolver el piso al banco cuando no se puede pagar y
sanseacabó). Veremos si es verdad. En la mayoría de países eso funciona así, ¿porqué
aquí no?.
Los bancos, cuando han visto todo el
desbarajuste que ellos mismos han ayudado a crear, se están agarrando a donde
pueden para resarcirse de los perjuicios que les supone tener que quedarse con
un inmenso parque inmobiliario que no pueden darle salida. Por eso no dudan en
tomar cualquier tipo de medida, caiga quien caiga.
Ahora las Entidades Financieras,
escaldados por su propia negligencia, vuelven a aplicar para la concesión de
los créditos la política de antaño. Los conceden como habían hecho siempre, con
“seny”, es decir, exigiendo una total garantía de que quien lo pida lo pueda
pagar. Como siempre ha debido ser.
Con las “suculentas” ofertas que nos
dieron los promotores y los bancos, aquí todo el mundo se endeudó. ¿Cuántos de
nosotros dijimos eso de “por lo que pago de alquiler, me compro la casa”?. Los
bancos vivían una situación irreal, los gobiernos también y los ciudadanos nos
apuntamos al carro. Nadie, por lo visto, esperaba una crisis mundial tan
fuerte, pero aquí la tenemos.
Pero ¿porqué los gobiernos apoyan encima
a los bancos en estos momentos de crisis?. Es bastante complicado resumirlo en
unas líneas. Pero diremos que, por lo visto, los bancos generan confianza a los
países, a los gobiernos, a la gente, al sistema económico en general. Si un
banco quiebra no pasa absolutamente nada. El Banco de España responde hasta 100.000
por impositor (eso dicen). Pero lo que realmente preocupa al sistema, es la
inestabilidad que generaría si se produjera una quiebra en cadena de entidades
bancarias. Eso sí que podría desencadenar una espiral de resultados totalmente
imprevisibles. Se trata, en pocas palabras, de evitar a toda costa que un país
entre en bancarrota, porque ello conllevaría que el dinero se hiciera
invisible, que el crédito desapareciera por completo, que el comercio se
paralizara, que los mercados estuvieran sobresaturados de mercancías sin
salida, que los productos estuvieran estancados en los almacenes abarrotados
sin posibilidad de venderlos, que las fábricas parasen, que las suspensiones de
pagos y las liquidaciones se sucedieran unas a otras y finalmente que la gente
acreciera de medios de vida, precisamente por haberlos producido en exceso.
Eso, como es lógico, no lo quiere nadie y el “Euro” lo que quiere hacer es
garantizar que eso no ocurra a ninguno de sus países miembros. De ahí las exigencias
que estamos recibiendo de determinados países y de ahí la protección que se
quiere dar a la banca.
Pues si es así… Pero lo que no es de
recibo es la indecencia y la desfachatez que han demostrado algunos directivos
de la banca cobrando suculentos dividendos y concediéndose pensiones vitalicias
desorbitadas con todo lo que nos está cayendo. Eso, es muy difícil que la gente
de a pié lo pueda entender y más cuando la banca nos está aumentando las
comisiones, los intereses, nos cobra encima una penalización si nuestra cuenta
se queda sin saldo para poder afrontar una deuda pendiente… De verdad que esa
falta de solidaridad y comprensión es algo indignante.
Continuemos: La prima de riesgo.
Que si sube, que si baja, que si vuelve
a subir ¡estando el país al borde del precipicio!, que ahora baja porque el BCE
ha comprado deuda de…¡Brrrmmm!.
Javier Capó, profesor de Economía
aplicada de la UIB, la define así: “Cuando
pides renta, es lo que has de pagar extra de intereses para conseguir que te
presten dinero, porque el que te está prestando asume un riesgo. Y claro, no es
tan arriesgado prestar a Alemania como a
España. Si Alemania pide 100 euros a los mercados, cada año tendrá que
pagar tres euros de intereses. España tendrá que pagar seis euros cada año. Es
decir, al que tiene menos le pedimos más. Suena perverso, pero es así. Los
economistas hablan de selección adversa, ya que es una especie de contradicción
pedirle más dinero a uno que dudas de él, porque le pones más difícil que te lo
devuelva”. Esto tiene consecuencias brutales para los países con dificultades.
Veamos: el dinero que utilizas para pagar intereses ya no lo puedes utilizar
para otras cosas. Además, España tiene un problema de déficit público y al
tener que pagar más de interés, la columna de ingresos baja y se tiene que
recortar de otra parte para poder pagar. Eso no es todo. No sólo el gobierno
tiene que pagar más alto interés, sino que a las instituciones españolas,
cuando van a pedir ahorro al extranjero, también les sale más caro. Es el “riesgo
país”. Si a los bancos españoles les sale más caro pedir préstamos, el préstamo
será también más caro para sus clientes, y habrá menos. Entonces el crecimiento
de la economía será más lento y si la economía crece más lentamente, hay menos
recaudación fiscal y por lo tanto es más difícil ir reduciendo el déficit. ¡Buf!.
Y todo, por la “prima de riesgo”, que se calcula según la evolución del déficit
y la deuda pública del país. ¿Quién la calcula?. Las Agencias de Calificación”.
Mmmm… Creo que lo hemos entendido, pero
cada vez nos está entrando más coraje.
“Moody’s”, “Standard and Poor’s” y “Fitch” son las tres grandes
agencias de calificación que copan el mercado. Son Agencias que cobran por honorarios
directos a Grandes Empresas (los magnates, los que manejan el sistema) por
calificar a los distintos países a donde han de invertir su dinero. Lo que
ocurre es que el acceso a la información que facilitan, en general, es gratuito
para cualquiera y se entera todo el mundo. Y ahí entran los medios de
comunicación que aprovechan esa información para ver quién obtiene más cuota de
audiencia alarmando a la población ¡Pánico! ¡Quiebra! ¡Precipicio!...
La palabra de las Agencias es sinónimo de garantía para quien las
tiene contratadas. Es como si fueras a comprar una lavadora a cualquier tienda
de electrodomésticos y vieras dos iguales, una más cara pero con la garantía
“Aenor” (por poner un ejemplo) y otra más barata pero sin esa garantía. ¿Cuál
comprarías?.
Las
tres agencias mencionadas, que por lo visto no se dieron cuenta de la crisis
que se avecinaba en el 2008 y salieron escaldadas, ¡manda h…!, ahora, al decir
de los economistas, sobreactúan el riesgo y reavivan con sus calificaciones la
crisis fiscal de la eurozona.
Ello no les importa porque saben que, hasta la
fecha, no tienen competencia y lo que ellos digan y hagan, a sus clientes les
va a parecer bien. Sin embargo, el daño que las “Big Three” generan a la UE
cada vez que dan un vaticinio, hace que la clase política, ahora sometida a sus
designios, pida a gritos el fin de ese oligopolio. ¿Pero llegará este?. Parece
ser que sí. La Compañía de seguros de créditos “Coface” (filial del Banco
francés Natixis) ha solicitado a la U.E. que la acredite como agencia
calificadora de 10 países europeos entre los que se encuentra España. El
proceso de acreditación va a tardar 6 meses. “Coface” pretende convertirse en
la primera agencia global de calificación europea y contribuir a la confianza
en las calificaciones empresariales. Mientras tanto, por lo visto, vamos a
continuar estando sometidos a lo que decida el trío calavera ese.
En la
actualidad, las Agencias mencionadas tienen dada la matrícula de honor a
Alemania y EE.UU. Es como decir a sus clientes “estos seguro que te pagarán”.
Según van bajando su nota a los países, los mercados piden tipos de interés más
alto (porque arriesgan su dinero) y además ponen dificultades para conseguir
crédito.
Así pues,
estamos metidos en una especie de vorágine producida por un fallo espectacular
del sistema financiero que asumió un riesgo excesivo, pero sobre todo también,
porque los sistemas públicos de control y supervisión (los gobiernos con sus
Ministerios especializados y agencias de calificación) no supieron predecir la
crisis que se avecinaba para reconducirla.
Aquí, por lo
visto ha fallado todo: los sistemas públicos y los privados y la política de
austeridad que nos están imponiendo a los ciudadanos de a pié, es la factura
que tenemos que pagar ENTRE TODOS. Resaltamos “entre todos” porque si a juicio de los especialistas aquí
fallaron todos los sistemas, no solamente hemos de pagar esta factura nosotros,
los débiles, a los que nos pueden arrear sin ver peligrar su dinero. También
son responsables y ¡LOS QUE MÁS!: los bancos, los gobiernos y las propias
agencias calificadoras (menudos inútiles debían tener en sus nóminas por el 2007).
Una cosa que
queríamos saber, teníamos esa curiosidad por lo que nos ha señalado el
Movimiento 15M, es lo que pasó realmente en Islandia. Y mira por donde alguien de lo preguntó al
Profesor Capó, el cual contestó: “Algunos mitifican a Islandia, cuyo pueblo
salió y dijo ´no´ a rescatar a los bancos. ¿Pero qué pasó realmente? Capó
reseña que es un caso muy especial: fuera del euro, con un territorio muy
grande y con menos habitantes que Balears. Islandia vivió un ´boom´
inmobiliario y realizó inversiones en Reino Unido y EEUU, a cuyos bancos pidió
préstamos con tipos de interés muy bajos. El sector bancario se volvió tres
veces más grande que su propia economía y su nivel de deuda se hizo enorme. Los
islandeses dejaron que se hundieran. Luego los nacionalizaron. Se garantizó el
depósito de los pequeños ahorradores, pero al principio sólo los de los
islandeses, no los depósitos que hizo la gente en bancos islandeses situados en
Holanda y Reino Unido. Se les reclamó y al final han pagado. Han estado mucho
tiempo ´castigados´ por no devolver lo que debían, pero los mercados empiezan a
dejarles dinero. "Eso sí, la economía ha quedado muy tocada: se han
perdido ahorros (gente con fondos de pensión muy arriesgados y cuyo dinero
ahora vale muy poco) y ha crecido el paro".
Pues otra
cosa que nos ha quedado clara. Por lo visto Islandia no es la panacea que nos
quieren vender los del 15M. Consideramos pues que eso de decir “aquí manda el
pueblo”, de acampar en plazas públicas y de ocupar viviendas desocupadas, que
no, que no, que por ahí no vamos a ninguna parte.
En cuanto a lo
que siempre hemos pensado muchos que sin el euro estaríamos mejor, los expertos
opinan todo lo contrario, ya que por lo visto, la crisis sería mucho más
fuerte. El euro es a la vez un paraguas
y un motor, y todos coinciden en que no
hay que mitificar la utilidad de la devaluación de la peseta. Y si los expertos
lo dicen…
En definitiva.
Si en la situación actual no queda más remedio que recortar el gasto público,
porque por lo visto no es posible aumentar en estos momentos los ingresos, pues
tendremos que hacerlo ENTRE TODOS.
Hasta ahí podríamos estar de acuerdo. Pero lo
primero que habría que hacer es prescindir de los políticos ineficientes que
están sometidos al poder financiero y elegir a los que no tengan miedo de
exigir su parte de cuota a la gran banca. Aunque la historia nos dice que los
poderosos siempre han dominado a los más débiles, este momento que nos ha
tocado vivir con las redes sociales, no es como los demás. Eso es lo que nos da cierta esperanza porque
los que están arriba también lo saben.
Todo parece
indicar que tarde o temprano nos tocará asistir a un nuevo orden económico y
social en el que no nos quedará más remedio que adecuarnos para afrontar esta
nueva era. Una era en la que la innovación, parece ser, va a ser la que va a
pedir paso para poder producir y consumir simultáneamente.
Queremos ser
optimistas y estamos seguros que se llegará a modificar el nefasto sistema
político que ahora tenemos y que se va a aplicar, de una vez, el sentido de la
responsabilidad solidaria entre todos. Ese nuevo sistema político ha de ser
capaz de reconducir ese camino que, por culpa de la codicia humana, parece ser que
se está perdiendo. El clamor popular está pidiendo ese cambio y solamente nos
queda protestar hasta que alguien recoja el guante.
Si ahora no hay más remedio
que hacer recortes, QUE SEAN PARA TODOS, y que se comiencen por los bancos y
por los políticos que son los principales responsables de esta crisis. ¡Ya está
bien!.
Al final seguro
que lograremos este cambio que anhelamos. Mientras, los que estamos jubilados (no
rendidos i menos indiferentes), continuaremos protestando hasta donde haga
falta para defender lo que con tantos años de trabajo nos ha costado conseguir.
En nuestras
excursiones, uno tiene la sensación de que la naturaleza observa callada,
quieta e impávida, todos nuestros desmanes, porque desde siempre, ha sido fiel
testigo de los avatares del ser humano.
Y debe estar escarmentada. Nosotros, en esta etapa de nuestra vida, procuraremos
estar el mayor tiempo que nos sea posible con ella para demostrarle que no
tiene nada que temer, porque el ser humano también sabe de tolerancia, respeto,
comprensión, protección y solidaridad. Únicamente es cuestión de quererlo
llevar a la práctica.
¡Que sabia es
la naturaleza!.
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