martes, 19 de abril de 2011

El R.C.D.MALLORCA S.A.D.



Habíamos sido socios del Real Mallorca toda la vida (a la época del “Luis Sitjar” nos referimos) y dejamos de ir cuando transformaron nuestro Club en una Sociedad Anónima Deportiva. Toda nuestra afición, las ilusiones, los nervios antes de los partidos…se esfumaron por arte de magia. ¡Dita sea!. Con ello se cargaron a la verdadera afición, aquellos aficionados que se colocaban de pie siempre en el mismo escalón de la tribuna general del “Luis Sitjar” detrás de la portería Sur al principio de cada partido, y que se trasladaban en el descanso a la otra tribuna para continuar viendo de cerca los ataques del Mallorca, aprovechando para hacer un pis bajo las gradas mientras hacían aquél recorrido rutinario. Aquella afición que compraba los décimos de lotería a “Alfonso” cuando pegaba un grito al lado de tu oreja  “¡hi ha dècims per dissabte!” que te dejaba sordo. Aquella afición que esperaba a que pasara el vendedor de “pipas, avellanas y cacahuets torrats” para hacerse con la habitual bolsa de pipas torradas con pegotes de sal adherida a las mismas, buenísimas, pero que cuando terminabas la bolsa no te sentías los labios de tanta sal. Aquella afición que se sabía de carrerilla todos los anuncios que por la megafonía del estadio bombardeaba los oídos de los asistentes antes de los partidos: “A la salida Frontón Balear, quinielas americanas y trío, Frontón Balear”, “Laccao, Laccao, bebida de campeones”, “Palo, Palo Tunel, aperitivo de calidad, Palo Tunel”, “Televisores Zenith en Casa Cabot de Antonio Cabot Fornés de la Plaza la Reina  9. Zenith el televisor de más venta en el mundo,”… (Ahora que lo digo, uno lo piensa y comprueba lo buena que era aquella publicidad megafónica. ¡Han pasado 40 años y aún la tenemos grabada en la memoria!). Todo aquello se terminó. Fue una época, una gran época.

Pero a lo que íbamos. Las sensaciones que siempre habíamos vivido los mallorquinistas con el equipo año tras año, -eso sí casi siempre en 2ª división y alguna que otra temporada subiendo a 1ª para volver a bajar a la siguiente (no confundirse que los aficionados disfrutábamos con nuestro equipo en segunda división como el que más, prueba de ello las magníficas entradas que partido tras partido siempre se producían en el “Luis Sitjar”), se terminó como hemos dicho. Antaño todos éramos hinchas de los colores bermellones. Los Presidentes (la mayoría de ellos, porque alguna vez se coló algún que otro fantasma que fue prontamente detectado) a parte de no cobrar, arriesgaban su dinero y algunos hipotecaban hasta su patrimonio para poder llevar adelante al equipo. La afición lo sabía y les apoyábamos. Quien no recuerda las 5 temporadas de Jaime Rosselló, de Lorenzo Munar, del Barón de Vidal, de Barona…hasta las 14 que permaneció Miguel Contestí (cuando se le hará un homenaje a ese hombre por todo lo que hizo por el Mallorca). Vivimos momentos de gloria y momentos tristes también. Aquella afición tenía a los jugadores como a sus ídolos y todo el mundo se sabía la alineación del equipo que iba a saltar al campo cada domingo  de memoria -salvo alguna sorpresa que siempre nos deparaba el entrenador de turno-. ¿Y saben porqué?, porque los jugadores, los buenos jugadores (aquellos que los aficionados queríamos) permanecían temporada tras temporada en el Club, (no como ahora que cuando sale uno medianamente buenecito enseguida lo vende la propiedad para obtener beneficios en detrimento del equipo y sin tener en cuenta a la afición). Nos acordamos de Arqué (5 temporadas), Bergara (5), Bolao (5), Cáceres (6), Forteza (12), Taberner (5), Doro (10), Domínguez (5), Sans (16), etc. etc. etc. por citar algunos.

Ahora, repetimos, todo es diferente. Si el Consejo de Administración de la S.A.D. que ha comprado el Club tiene un accionista mayoritario, como lo era Grande y lo es ahora Serra Ferrer, puede decirse que el Club es de este único señor y que él puede hacer y deshacer lo que le venga en gana. Todos pues, hemos de pasar por el “tubo” de lo que diga y haga ese señor, incluso el resto de los directivos que únicamente tienen voz pero no voto. El que decide, pues,  es el dueño del Club que para esto es el que pagado más dinero por hacerse con el paquete mayoritario de acciones. ¿Y qué puede ocurrir y de hecho ocurre?. Que el dueño siempre querrá hacer negocio a costa de su equipo-empresa. Es lógico. Es su empresa. Por esto, a nadie le debe extrañar que si sale un buen jugador, lo normal es que se venda y los aficionados se queden siempre en “la” como está ocurriendo en los últimos años. Eso sí, lo que molesta es que siempre se hace ver que “la empresa” es deficitaria y que se precisa “vender” para que bla, bla, bla. Y así cada año comienza una nueva temporada con la incertidumbre del aficionado de ver qué jugadores nuevos nos han traído para justificar el pago anual de la cuota de socios. Si la secretaría técnica acierta, la afición pasa más o menos una temporada agradable, sino, pues… Pero como el dueño lo sabe, por la cuenta que le trae ya procura cada temporada hacer un equipo con garantías suficientes para mantenerse en 1ª. Grande tenía contratado a Nando Pons que era el responsable de que la empresa generara beneficios para la propiedad con la venta de jugadores cada año y fichara a otros para mantener, como fin primordial, al equipo en 1ª división. Es una función, compleja, difícil, delicada y de enorme responsabilidad para el encargado de la Secretaría Técnica, porque depende de los aciertos de esa persona que el equipo se mantenga o no en la máxima categoría, a parte de otros factores como es lógico. 

El equipo de antaño tal cual estaba configurado, era de los socios como ya hemos indicado (tan solo queda el Real Madrid, Barcelona y alguno que otro más que se rigen por el sistema antiguo, si no estamos equivocados). Ahora el equipo es propiedad del grupo que lo ha comprado y ese equipo es y será lo que su propietario quiere que sea.  La diferencia pues estriba en que antes los socios eran los que mantenían al equipo y ahora es el propietario quien debe mantener al equipo para los socios.
Al ser el equipo-empresa de una sola persona (recordamos que el accionista que ha comprado la mayoría de las acciones es libre de poder hacer y deshacer a su antojo sin que nadie le pueda poner trabas a sus decisiones) puede ocurrir que, amparándose detrás del escudo legendario del Club, pretenda desarrollar una actividad empresarial que genere unos beneficios al margen del fútbol –aunque muy ligados a los colores- muy suculentos para la propiedad. Será todo lo lícito que quieran, pero a nosotros nos parece una inmoralidad.

El peso del escudo de un Club que ha resultado muy querido para la afición es muy grande y arrastra aún a muchos aficionados. Por ello se intenta convencerles que se tiene que hacer un equipo con jugadores propios de la cantera, argumentando que no se tiene dinero para abonar sueldos millonarios a los jugadores. De esta forma se evita el tener que pagar traspasos y sueldos elevados (todo negocio genera negocio si se compra barato y se vende más caro). Por eso, se dice que es necesario vender jugadores para mantener viable a la empresa a sabiendas que se va a menospreciar con ello a los aficionados que se les deja siempre al margen de esos movimientos al tratarse de una empresa privada, aunque luego se les solicite su apoyo para que compren sus abonos. Igualmente se intenta aprovechar las coyunturas del antiguo Club para, amparándose en el escudo y sus colores, intentar que los aficionados aprueben lo que se pretende por la propiedad en cuanto a proyectos de un nuevo estadio, complejos deportivos, etc. etc., cuando en realidad lo que ello conlleva es una clara intención de efectuar grandes operaciones comerciales para generar un gran negocio a los dueños del equipo bajo el estandarte del antiguo Club. Lo quería hacer Grande, con el proyecto de sus “Torres” y se quiere hacer de nuevo ahora con el proyecto del “Luis Sitjar”. No puede haber objeción alguna a esa iniciativa privada. Pero si los aficionados hemos de apoyarla ¿porqué no se nos dice que ganará el equipo con ello?. ¿Se revertirán todos los beneficios que se obtengan en el equipo?. Si fuera así…

Y terminamos. Al haber desaparecido el antiguo concepto de “Club” y haber entrado los equipos de fútbol en una dinámica empresarial en la que solamente se busca la obtención de beneficios para sus dueños, cada aficionado actúa según considera porque, muy a pesar nuestro, ya no formamos la piña de antaño. A los que nos gusta pasar por el aro de lo que decide un solo señor, vamos al campo si el propietario del equipo-empresa nos garantiza eso, ver un buen fútbol con jugadores de calidad. Si no, no vamos. Para qué, ¿para aburrirnos y encima sufrir viendo a unos chavales impotentes para ganar algún partido?. Otros sí que van y nos parece muy bien. No tenemos nada que decir de los aficionados que les parece correcto el sistema que emplea en la actualidad la propiedad del equipo y acude cada domingo al campo. Hay muchos y nos parece muy bien que los haya. Pero si la propiedad del Club desea que “todos” los mallorquinistas vayamos al campo, tendrá que cambiar de estrategia. Primero haciendo un equipo con garantías, no mayoritariamente con chavales de la cantera (el que quiera ver fútbol de cantera puede hacerlo acudiendo a los partidos del filial que falta le hace) y segundo, mantener el bloque de este equipo temporada tras temporada para garantizar el espectáculo a los socios que han pagado su abono y no desmantelarlo cada final de temporada como ahora se viene haciendo. El menospreciar a los aficionados vendiendo a los jugadores que han despuntado y fichando a desconocidos cada temporada, nunca había ocurrido y eso no es de recibo. El respeto hacia la afición ha de ser primordial ya que es la que hace posible el mantenimiento del mismo. La propiedad ha de hacer lo posible para involucrar a todos los aficionados con el equipo. Para ello ha de mantener una línea seria, serena, responsable y transparente. Si fueran capaces de generar esta confianza, no dudamos que muchos aficionados de los actualmente ausentes volverán a sentarse en el estadio. Pero si la propiedad, mejor dicho, si el propietario mayoritario se empeña en demostrarnos que él solito lo puede hacer todo, ejercer de propietario, de Vice-Presidente, de Secretario Técnico y ¿también se querrá sentar algún día en el banquillo?, le diremos que sintiéndolo mucho no podrá contar con todo el mayorquinismo. Otro “Piterman”, no por favor. Por cierto ¿se acuerdan de Piterman?. ¿Saben dónde está el Alavés?. Hemos encontrado el artículo que reproducimos a continuación en la web “goal.com” del 18-2-2011, y nos ha llamado bastante la atención.

Este viernes se ha confirmado que Dimitri Piterman, que dejó en la ruina al Alavés tras su paso como presidente de esa entidad, tendrá que pagar un millón de euros al club blanquiazul él y su esposa porque ambos han incurrido en enriquecimiento ilícito y así lo ha determinado un juzgado de lo Mercantil en Vitoria.

En la sentencia se deja constancia que Piterman, en aquel momento, no sólo era el presidente del Consejo de Administración, sino que tenía
"todo tipo de labores en el club de fútbol", incurriendo en una "auto-contratación a través de sociedades instrumentales".

El Alavés, que llegó a jugar varios años en Primera División en la última década, participa actualmente en la Segunda División B, tras haber sufrido en sus carnes la enorme
sangría económica que le provocó el paso de Piterman por sus oficinas. Al menos, ahora, tendrá que pagar por ello.”

Aquí no puede suceder esto. Venga ánimo y ¡Visca el Mallorca!.


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