lunes, 23 de abril de 2012

ANNI B SWEET.


Como ya hicimos con Andrea Moti, hoy hablaremos de una cantante excepcional que se está abriendo paso en el mundo de la canción por ella sola.  Es Ana López cuyo nombre artístico es “Anni B Sweet”.

Nació en Málaga en 1988, estudió en un Colegio británico y pertenece al movimiento “indie” (independent) donde los músicos hacen lo que desean, no sólo en la música sino también en la manera de ver la vida. Ser “indie” es hacer las cosas a tu manera, asumir tus propios riesgos y apostar por tu propio trabajo. El “indie” musicalmente hablando se puede definir como un movimiento independiente cuyo lema es “hazlo tu mismo”; por eso, suele ser siempre algo nuevo y diferente lo que ofrecen sus autores. Huyen de los patrones establecidos al encontrarse alejados del término comercial, porque buscan crear un estilo propio, un estilo personal.

Anni B Sweet escribe sus canciones principalmente en inglés y su estilo, suave y melancólico recoge influencias de la música folk y pop indie.


A los 9 años ya  compuso sus primeros temas. Se trasladó a Madrid para estudiar arquitectura y es aquí donde comenzó a dar conciertos a principios del 2008 en pequeños Club de la Capital. Graba su primera maqueta con Javier Doria y Brian Hunt y consigue ganar y alzarse con el primer premio del concurso de maquetas de la Revista “Mondo Sonoro”, además de conseguir una gran difusión de sus canciones a través de Internet.
Annie B Sweet ha actuado ya en países como Francia, Alemania, Inglaterra, Suiza, México, Japón…El 28 de abril de 2009 publicó su primer disco “Star, Restart, Undo”. La canción “Take on me” el grupo “A-ha” la incluye en la segunda edición de su disco unos meses más tarde. Es muy buena esta canción.

Mañana, 24 de abril, saldrá su segundo álbum “Oh, Monsters”, del cual hemos podido coger una de sus canciones.

Con este nuevo disco, la fama de Annie debería estallar del todo, tanto para el público indie o no indie, porque los que saben apreciar lo bueno disfrutan oyendo a estos cantautores que son capaces de deleitar al público con sus melodías y sus fantásticas voces.
Dice Juan Manuel Freire que  “Ana-Anni inventa canciones desde los 7 años, y eso se nota. En el principio fueron improvisaciones a capela desde el asiento trasero del coche de su padre; bosquejos de canción inspirados por lo que veía o sentía en ese momento. También se le daba bien hacer freestyle pop sobre los samples de un órgano de juguete. Llegarían después los primeros grupos: uno de versiones, otro más serio y de rock’n’roll, o aquel dúo con un amigo bajo la briosa influencia de Belle and Sebastián. Y al final del camino –o el brillante principio, según se mire– sus canciones en solitario, su versión personal e intensa del legado de Bob Dylan, Joan Báez, Kate Bush o Cat Power. Ya en Madrid grabó una maqueta con Brian Hunt (Templeton, Half Foot Outside) y Javier Doria (The Melocotons) y el resto vino solo: éxito total en MySpace, victoria en el concurso de maquetas de Arindelle Records y EGO, número uno de las mejores maquetas del 2008 para la revista Mondo Sonoro, shows abarrotados, una invitación para talonear a Antonio Vega o, at last but not least, su condición de fichaje estrella del FIB… sin disco en la calle.

El porvenir de esta chica debería ser dulce, como su apellido artístico o las canciones de ese primer disco tan poco primerizo. “Iniciar, reiniciar, deshacer”, dice el título. Por supuesto. El caso es no conformarse, sino pelear –suavemente– por la vida o la música que uno desea. Y así surgen canciones como estas doce primeras de Anni B. Sweet, de apariencia sencilla pero arreglos trabajados, instrumentación riquísima y malabarismos sonoros; Brian Hunt vuelve a lucirse en la producción como ya hizo en la maqueta. Por momentos deja uno de pensar en el canon folk clásico para hacer comparaciones con Micachu, St. Vincent y otras chicas traviesas del (art-)pop moderno. Son canciones dulces pero menos, porque en esas melodías de parque en primavera puede haber espacio para preguntas difíciles; dudas sobre sentimientos de uno mismo y del otro, angustias cotidianas, traumas latentes. Canta Anni en “Mr. D”: “Supongo que tengo que coger mi guitarra una vez más / y cantar mis últimos pensamientos sobre nuestro amor imposible”. Lo canta en inglés convincente –estudió en un colegio británico–, como todo el disco, salvando “Tumbado en mi moqueta azul”, la única canción no compuesta por ella.


Al final suele haber un rayo de sol colándose por la ventana: ella olvida, perdona y gana. Y todos ganamos escuchándola. El viento se serena, las nubes se quedan en leve adorno y el invierno acaba de una vez. Gracias”.

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