El arader
es el artesano que se dedica a fabricar todo tipo de herramientas y
utensilios necesarios para los trabajos agrícolas: arados, carros, toda clase
de mangos para cualquier herramienta, barreras, barandillas e incluso muebles,
pero todo fabricado con madera de acebuche (ullastre).
En la
actualidad, este oficio, de gran tradición sobre todo en la Isla de Menorca, ha
ido desapareciendo poco a poco por la proliferación de la maquinaria agrícola. Sin
embargo, todavía quedan algunos artesanos que se han ido transmitiendo el
oficio de generación en generación. Las barandillas, mangos de herramientas, balaustradas, escaleras de campo, taburetes,
bancos, etc. aún se pueden ver fabricar en algunos talleres.
Unos de
los útiles que elaboraba el arader desde tiempos de los romanos (que fueron los
que lo introdujeron en la isla) y de
donde proviene su nombre, es el arado. El arado era un utensilio cotidiano y
primordial para la gente del campo, ya que por su manejabilidad, puede emplearse
en cualquier lugar donde haya un poco de tierra para cultivar.
Antes
de la industrialización, el oficio de arader era imprescindible para la
economía de las islas, ya que la mayoría de gente se dedicaba a las labores del campo y era absolutamente
necesario que alguien se encargara de fabricar, reparar y mantener en perfecto
estado las herramientas que los payeses utilizaban en sus trabajos agrícolas.
La materia
prima con la que trabaja el arader, como hemos dicho, es el acebuche (ullastre)
en mallorquín.
El “ullastre”
es un olivo en estado silvestre, de copa redonda y densa que muchas veces se
queda en estado arbustivo. Sus ramas inferiores son espinosas y su madera es
muy fuerte. Aguanta perfectamente la sequedad y el calor y crece en cualquier lugar
incluso a más de 1.000 metros de altura.
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