miércoles, 6 de enero de 2016

ADIÓS A LAS SEÑAS Y CONTRASEÑAS.


El adiós a las claves actuales de acceso a nuestros smartphones i redes sociales de letras, números y signos, lo veremos muy pronto por los últimos adelantos que ya se están introduciendo en el mercado. Hay empresas dedicadas a la seguridad virtual, como “SecureAuth”, que mantienen que en apenas unos años los sistemas actuales de claves alfanuméricas van desaparecer por completo.


Y ¿qué nuevos sistemas de identificación son los que vienen? pues los llamados “biométricos”, es decir, la identificación del usuario a través del iris de sus ojos, de los rasgos de su rostro, de las huellas dactilares o de las venas de los dedos.


De hecho Apple fue la primera compañía en integrar a sus teléfonos móviles sensores de identificación por huella dactilar, al que ha seguido también Samsung, mientras Fujitsu ha optado más por equipar a sus smartphones con lectores de iris.


Las compañías de telefonía móvil están investigando a contrarreloj para equipar a sus móviles con estas técnicas, aunque los ensayos que se están produciendo no resultan tan infalibles como se pretendía. Así, por ejemplo, expertos en seguridad informática han demostrado que los sistemas de identificación por huella dactilar se pueden hackear;  algo más fácil en los terminales “Android” que en los “iPhone” de Apple (porque estos últimos encriptan los datos de las huellas dactilares) pero todos son susceptibles de ser hackeados.


Sin embargo, todas las tecnológicas i ahora también la banca son conscientes del enorme potencial de estos nuevos sistemas de identificación. Hace poco que el BBVA ha adquirido la compañía “Atom” para permitir a sus clientes la realización de transacciones tras identificarse escaneando su rostro y reconociendo su voz. Igualmente MasterCard va a hacer lo propio para que se pueda pagar simplemente haciendo una auto-foto. Tras ellas vendrán muchas más que ya están estudiando el sistema de identificación biométrica.
Incluso hay Administraciones de determinados países que permiten la emisión del voto de elecciones a través de Internet, que han demostrado su interés en utilizar estos sistemas para evitar el
fraude, optando por registrar en un terminal las huellas dactilares de todos sus electores digitalmente.

Es pues el sistema de identificación “biométrico” el que en breve espacio de tiempo va a imperar en las nuevas tecnologías.
Veamos muy brevemente en qué consistirán:

Identificación a través de las huellas dactilares.

Se introduce en cualquier sistema o dispositivo un lector de huella dactilar. Así, a la hora de identificarse, el usuario solamente ha de colocar su dedo índice en el lector y el dispositivo “lee” la huella dándole acceso al sistema.


Las empresas que han integrado en sus productos este sistema de identificación, lo venden  como una idea mucho más segura que los sistemas actuales de contraseñas tradicionales. Aunque como hemos dicho, los expertos en seguridad informática creen que cualquier sistema o dispositivo que esté conectado a  Internet no es del todo seguro y corre el riesgo de ser hackeado.

Identificación a través del reconocimiento del iris.

Una cámara especial situada en el dispositivo identifica el iris de los ojos del usuario reconociendo los patrones de los vasos sanguíneos contenidos en la retina. Para ello, el usuario ha de colocar el dispositivo muy cerca de su ojo dado que la imagen se captura a través de la pupila, debiendo permanecer inmóvil mientras el lector lo reconoce ya que cualquier movimiento puede invalidar el proceso y se tiene que empezar de nuevo.

El patrón de la distribución de los vasos sanguíneos que emanan del nervio óptico y que aparecen dispersos en la retina, es una fuente de información biométrica altamente distintiva, ya que no existen dos patrones iguales, incluso en el caso de dos hermanos gemelos. Es estable a lo largo de la vida de una persona e independiente de factores genéticos, lo que hace que sea una técnica de identificación altamente segura.


El modelo “Arrows NX F-04G” de la nipona Fujitsu utiliza una cámara frontal infrarroja y una luz led infrarroja para iluminar el ojo del usuario y poder verificar su patrón del iris único. De esta forma se puede desbloquear el terminal, registrarse en aplicaciones y realizar pagos a través del teléfono móvil únicamente con los ojos.


El inconveniente, ya lo hemos dicho, no moverse en absoluto mientras se mira fijamente al dispositivo.

Identificación a través de los rasgos del rostro.

El sistema es similar al anterior. En el dispositivo hay una cámara (lector) de reconocimiento facial que define las características del rostro y cuando éste solicita el acceso, se verifica comparando los rasgos obtenidos previamente que se hallan registrados.


Este sistema que se está empleando en aplicaciones de interacción persona-ordenador, en gestión multimedia, y en software como Google’s Picasa, Apple iPhoto, Facebook y otros, no son útiles en el tiempo porque a medida que pasan los años los rasgos faciales varían y al solicitar el acceso ya no coinciden con la imagen de la base de datos.


Identificación por biometría vascular de dedo.

Al igual que en las huellas dactilares, se coloca el dedo corazón en el lector y este registra el patrón de las venas.


El fabricante de terminales de control de accesos “Kimaldi”  tiene hace años en el mercado un lector de estas características.


Se trata de un sistema de identificación de alta seguridad ya que no es posible duplicar el patrón de venas de una persona y además no deja trazabilidad.


Y ya nos vamos a parar aquí aunque hay más sistemas de identificación biométrica que pueden ser susceptibles de empleo en las futuras identificaciones de las personas.

Únicamente hemos de estar preparados para cuando estos sistemas identificativos se abran paso de forma general en el mercado.


Colocar el dedo en un lector se nos antoja muy fácil para que nos lea la huella dactilar o las venas, pero aguantar el móvil cerca del ojo abierto sin mover ni siquiera un pelo…esto a cierta edad se nos antoja sumamente difícil.

Y una pregunta se nos viene: en el caso de que se pueda usurpar la identidad del usuario identificado por un sistema biométrico ¿cómo se podrá recuperar si ya no existirán las preguntas secretas,  códigos, ni credenciales que podrían dar, a priori, la solución?.

Doctores tiene la iglesia.



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