lunes, 4 de abril de 2011

BREVE RESEÑA HISTÓRICA SOBRE LA PESCA EN MALLORCA.-

Desde siempre se ha creído que, antiguamente, el barrio de los pescadores de Palma estaba situado junto a la Iglesia de San Nicolás, junto al cauce de la Riera que pasaba por lo que es hoy  la calle Unió y el Borne. Ya en épocas más recientes, se sabe que los pescadores se establecieron detrás de la Iglesia de Santa Cruz, en el Puig de Sant Pere, Es Jonquet y el Arrabal de Santa Catalina. Cabe imaginar que en siglos pasados, el barrio de pescadores estaba formado, además de los marineros y sus familias, por una serie de personas que vivían todas ellas de esta actividad: fabricantes de redes, carpinteros, “mestres d’aixa” y un sin fin de profesiones vinculadas a la pesca y a la navegación. Sabemos que hubo un tiempo que las redes se secaban al Sol en la Playa d’es Jonquet (en verano) y en la Plaza del Vapor (en invierno).

En la antigüedad (algunos historiadores hablan de 1395) los pescadores tenían sus propias Cofradías o Gremios. En el siglo XVI, el gremio de pescadores contaba con una cooperativa consistente en una caldera común situada en una caseta junto a la ribera del mar (en la explanada de Sa Faixina), que estaba a disposición de todos los cofrades para teñir las artes, tales como las xavegas, bolitxos, xerxes y sardinals. Siglos más tarde la Cofradía de Pescadores de San Pedro adquirió un local social en la Calle de San Pedro (Puig de Sant Pere). Allí se reunían los pescadores para celebrar sus reuniones y actos sociales. Sin embargo, estas Cofradías fueron prohibidas en el año 1805, si bien no se disolvieron las mismas hasta diciembre de 1865 en la que se dictó una Real Orden declarándolas definitivamente disueltas. Hemos sabido que tras esta disolución, los pescadores continuaron ayudándose entre ellos a través de Asociaciones que se fueron transformando en Sociedades de Mareantes o de Socorros Mutuos, hasta que en 1918 se crearon los Positos de Pescadores que funcionaban como organizaciones Cooperativas bajo el amparo de las subvenciones concedidas por el Estado para la asistencia médica y farmacéutica, subsidio de paro, etc. etc.

Durante la Guerra Civil española, en 1936, se prohibió salir a faenar las barcas de pesca grandes, es decir las barcas de Bou, de arrastre, las que se hacían mar adentro, hasta que fueron otra vez autorizadas pero con un miembro de la Falange armado en cada barca. Una vez que se atisbó el desenlace de la Guerra Civil, la situación del sector pesquero se fue normalizando y entró a formar parte del Sindicato Nacional de Pesca bajo la tutela del Instituto Social de la Marina. Fue en 1943 cuando el Pósito de Pescadores y la Asociación de Armadores se reunieron para formar de nuevo la Cofradía de Pescadores de San Pedro, Patrón de los pescadores de Palma, que tuvieron que acomodar su régimen a la estructura sindical, previa conformidad del Instituto Social de la Marina.

Los fines de la Cofradía era, entre otros menesteres, regular el Montepío Nacional pesquero, regular la renovación de la flota de bajura, dar solución a las viviendas de los pescadores, fijar el régimen de precios de las lonjas de pescado, la limpieza de las aguas en las playas de pesca, las obras en los puertos pesqueros, etc. etc. y desde 1967 la administración de la lonja de contratación de pescado de Palma.

En el transcurso  de la historia, la pesca ha estado regulada por las distintas autoridades que gobernaban. El Gran y General Consell, en el año 1440, tomaba en consideración que en Palma y diversas partes de la isla se vendiese el pescado sin balanza y a “ojo de buen cubero” (sens pes a ull), práctica que resultaba perjudicial siempre para el consumidor. Por esto, se ordenó más adelante que la venta se efectuase “a lo pes y mesura”. En 1491 se prohibió por parte de los Jurats de Ciutat  una vez consultados los “homes antics” (ancianos que colaboraban como fuente consultiva por su experiencia) la pesca con hilo de malla espesa (xavega, bolitx, batudes o rai espés) desde Port Pí hasta el Portixol, porque en estas artes quedaban enredadas las crías de peces que allí nacían. Esta prohibición se volvió a repetir en el año 1514 mediante pregón de una Orden del Lugarteniente Gurrea, bajo apercibimiento de que quien la incumpliera debería pagar una multa de 25.000 libras con destino: dos tercios a las obras de la Catedral, al culto de Santa Práxedes y al Hospital General, además de ser incautada su jarcia. En 1518 otra Orden del mismo Gurrea regulaba que al vendedor no le era lícito  separar dos especies de pescado diferentes, sino que debía venderlas mezcladas, cual era recogida por el “bolitx”. El “Mostassaf” gozaba de autoridad para bajar el precio en atención a  la cantidad de pescado en venta. Los “Jurats” elegían dos “Prohoms” para que juzgaran el estado del pescado que era vendido en la Plaza. Si éste no estaba en condiciones para ser vendido, era tirado al mar. Así mismo el pescado con espinas venenosas era separado del otro. Estaba prohibida la suciedad en la pescadería y siempre que hubiera mesas disponibles debía evitarse que el pescado se depositara en el suelo. La venta transcurría desde la hora de “maitines” (madrugada) hasta la de “completes”. Cerrada esta, se procedía al corte de las colas de pescado que no se había vendido en el día. Esta operación se realizaba para que el comprador supiera cual era el pescado fresco y cual del día anterior. El pescado pequeño que no era vendido el mismo día debía ser vendido, salado, en el día siguiente.

En 1773 se promulgó el “Reglamento de Navegación, Pesca, Carga y descarga, Gobierno Político y Económico de los Gremios de la Matrícula de Gente del mar y Maestranza de Mallorca”, el cual regulaba el ejercicio de la pesca admitiendo los siguientes instrumentos: “javega, palangre, boliche grande y pequeño, sardinal, jarcia gorda, jarcia delgada, llampuguera y nasa”. Regulaba también la distribución del importe de la pesca capturada de la forma siguiente: cuatro partes al arte o instrumentos, dos al barco, dos al Patrón, una y media al marinero y al grumete (al·lot de barca) lo que merezca, pero nunca tanto como al marinero que haya cumplido campaña con un bajel de su Majestad. En 1802, la Ordenanza de la Matrícula del Mar prohibió la práctica de la pesca a todos aquellos que no se hallaren matriculados. Al proclamarse la I República y declararse libre la pesca para todos, muchos vecinos de Ciutat, en particular los menestrales salían a pescar en la Bahía, de madrugada o al atardecer, utilizando un bote y un volantín.

En cuanto a los barcos de pesca mas característicos de Mallorca podemos citar los tres siguientes: El Llaud que se construía antiguamente en dos tamaños; de seis a diez metros “Llaud Palangrer” para dedicarse a la pesca con palangre, trasmallo, llampuguera y volantín,  La Barca de Bou”, de trece a diez y seis metros, que se utilizaba para la pesca de arrastre y “La Traiña que no se diferenciaba prácticamente de la Barca de Bou. La mayoría se construían en Ibiza, utilizando distintas maderas de importación: encina para las quillas, azabache para los refuerzos, pino importado para las cuadernas y la tablazón y pino corriente para las cubiertas. En el día de hoy, los LLauds tienen las mismas características que los clásicos con excepción de las velas que han dejado paso a potentes motores diesel.

Terminaremos citando los cinco artes de pesca que se empleaban en la antigüedad, algunos de los cuales aún se siguen empleando:
Bolitx: Arte de pesca compuesto de copo, que solía tener una longitud entre 16 y 25 metros y dos bandas de 120 a 160 metros. Se calaba desde un bote a distancias de unos 700 metros de la costa con la abertura frente a la misma. Desde tierra tiraban los pescadores por medio de cabos unidos a sus bandas. La embarcación, un llaud, solo se usaba para calar el arte.

Bou: En su uso trabajaban dos embarcaciones “parella de bous”. Los llauds  tiraban la red lejos de la costa, luego izaban las velas y navegaban paralelamente remolcando la red. Esta se viraba a una de las dos embarcaciones a bordo de la cual saltaban los marineros de la otra en el momento de la faena. Esta pareja de llauds permanecía en el mar de 7 a 8 días enviando el pescado a tierra por medio de botes.

Trasmallo:  Es un arte de fondo. Se calaba de noche y se recogía a la mañana siguiente. Aunque se calaba en el fondo, su relinga inferior no lo tocaba, quedando a dos metros del mismo aproximadamente. Se usaba para la diferente captura de especies costeras.

Solte: Es una red de forma rectangular de unos 134 metros de lago por 200 de largo que se calaba a dos millas de la costa a una profundidad de 40 metros para pescar bonito, boga, lisa y otras especies costeras.

Artet: Parecida a las de Bou, se calaban al anochecer desde un bote cuya tripulación al escoger el sitio de pesca largaba un ancla con un cabo terminado en un cocho para izarla y con un cascabel que indicaba el comienzo del arte. El llaud se alejaba unos 90 metros de la costa y calaba en semicírculo el arte. Luego se dirigía al corcho con el cascabel y los marineros recogían la red. Se empleaba principalmente en la zona de Andratx para la pesca del gerret.

Almadraba: Red fija de hilo muy grueso que se fondeaba con pesadas piedras. Cada extremo estaba cortado por sus dos mangas en forma de caracol. Su calada precisaba de una ardua labor y en ella intervenían varios llauds. Se empleaba para pescar atunes.

Llampuguera: Red especial  usada para la pesca de la llampuga. Calada en círculo, era una red que tenía forma de bolsa.

Sardinal: Se calaba entre dos aguas para atrapar los bancos de sardina que al chocar con ella hundía los corchos que la sujetaban avisando a los marineros para que fueran a izarla y luego volverla a calar.

Canguil: Se utilizaba para la pesca de gamba costera. Este arte era arrastrado por una pequeña embarcación.

En cuanto a los aparejos de pesca (sistema de pesca no constituido por redes), podemos citar:

El palangre que consiste en un cabo madre horizontal que sostiene otros más cortos en cuyos extremos van ligados los anzuelos. En un extremo lleva una piedra y en el otro una boya. Normalmente se cubre una longitud de más de un kilómetro sobre profundidades que varían entre los 30 y 60 metros.

La potera: Se emplea para la pesca del calamar y consiste en una pieza alargada ovoide de plomo terminada en una corona de anzuelos o alfileres y que va forrado de hilo brillante o de color. El pescador con la mano, le da un movimiento de subida y bajada que tiene por finalidad llamar la atención de la presa que se adhiere al cebo para ser luego ensartado. El pescador profesional está autorizado a utilizar luces para atraer a los calamares.

Volantín: Consiste en un plomo al que va unido un cabo fino y en su parte inferior, cercana al plomo, lleva un número variable de brazoladas con anzuelo.

Nasas: Consta de una trampa de forma muy variable que en su interior lleva un cebo. La boca en forma de embudo, hace fácil la entrada pero imposible la salida.

            Y hasta aquí este pequeño boceto histórico sobre la pesca en la Isla de Mallorca que esperamos te haya sido de utilidad. Lo expuesto ha sido sacado de diversas publicaciones editadas por Miguel Massutti Pascual.  

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